Restricciones y mal ambiente en el trabajo. Revisión general en el laboratorio y concursos. Aplicando estadística con Mr. Carlson. Un terraplén japonés y otro brasileño. La desalinizadora sigue avanzando. Inesperada cena. Verle la cara a Dios y regresar violentamente a la Tierra.
Desde ese día de la visita inesperada del Sr. Trujillo, las cosas no volvieron a ser las mismas en mi trabajo. Recibí un regaño muy fuerte de Esteves quien, con todo el derecho del mundo, se afincó hasta sacarme sangre. Se cobró varias cuentas que me tenía atrasadas. Decidí responder con la verdad a cada pregunta que me hacía Esteves sobre mis ausencias. Le expliqué las actividades que estuve haciendo con Guerrero desde la vez de nuestro encuentro en el vaciado de concreto. Se enojó todavía más y me prohibió terminantemente reunirme con Guerrero sin una aprobación de él. “Si te quiere ver, que me lo solicite. ¿Quién te paga, él o yo?”, me dijo tajante.
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