martes, 20 de noviembre de 2012

Pescados horneados de la ingeniería civil

Apenas regreso de la maravillosa isla de Margarita, en Venezuela, luego de participar como conferencista en el Congreso de Ingeniería Civil "Titanium" organizado por la compañía venezolana de eventos Gerenglob, donde compartí con estupendos ponentes venezolanos y extranjeros, así como con estudiantes y profesionales de la ingeniería civil de toda Venezuela.




Una de las tantas atracciones ex catedra con las que los organizadores llenaron de contenido el congreso fue el Stand-up Comedy del motivador internacional Lic. Gustavo Henao @GustavoHenaoS llamado "Enseñando valores con humor". Este estupendo motivador, que nació en cuna humilde, con labio leporino y paladar hundido, y cuya vida llena de superación a la adversidad es un formidable ejemplo, nos hizo reflexionar sobre varios aspectos de la vida que impiden nuestro éxito y felicidad. Uno de ellos llamó mi atención en particular por su marcado paralelismo con la ingeniería civil, y es por eso que quiero compartirlo hoy contigo, consuetudinario lector. Se trata de lo que Henao llama "El pescado horneado", y la historia versa así:

Una mujer recién casada quería agradar a su marido preparándole su plato favorito, pescado horneado. Para esto contacta a su hermana mayor que se sabe al detalle la receta de su mamá. La hermana le explica todo y finalmente le recomienda que debe necesariamente cortarle la cabeza al pescado para garantizar el éxito del platillo. A la mujer le creó mucha suspicacia el asunto de cortar la cabeza al pescado y demandó una explicación pues le parecía que el pescado se vería mejor al dejarle la cabeza. "Así lo hace mamá y así me ha quedado muy bien", le explicó la hermana. Pero, al verse superada por la demanda, esta le remitió directamente con su mamá. A su vez, su madre, a pesar de la insistencia, no supo darle una justificación válida para el corte. Le decía: "¡Hija, ya no le des más vueltas, córtale la cabeza y ya! Así hemos hecho esto todas nosotras por años y el pescado queda muy sabroso, a satisfacción de nuestros maridos". Ante la testaruda persistencia de la hija, la mamá la envió directamente a hablar con su abuelita. La mujer, que no pudo comunicarse por teléfono con la abuela, tuvo que ir a visitarla ya muy intrigada a su casa, y luego de los típicos saludos y de la pregunta ¿Abuela, por qué hay que cortarle la bendita cabeza al pescado?, la abuela le refirió: "Hijita, la verdad es que el asunto no tiene nada de particular; cuando empezamos, tu abuelo y yo no teníamos muchos recursos y contábamos entonces con un horno muy pequeño que nos habían regalado en la boda; entonces, como el pescado no cabía entero en el horno, yo le cortaba la cabeza para que pudiera hornearse por completo".

Luego de contar esto, Gustavo Henao comienza a utilizar la metáfora para explicar que en la vida hay reglas, afirmaciones, que no tienen mayor explicación y que se van haciendo de generación en generación, de forma irreflexiva. Son las cosas a las que llamamos mitos. Sin embargo, algunos mitos impiden el éxito y la felicidad de las personas, como aquellos de "el dinero es malo", o "es mejor calidad que cantidad", o "el ambiente dedide tu éxito".
Yo inmediatamente comencé a rememorar varios "pescados horneados" que tenemos en la ingeniería civil y que tanta perturbación producen, y que a su vez tienen un fundamento poco ingenieril y son tozudamente defendidos:

  • El 95 o el 100% del Proctor
  • Proctor Estándar para equipos livianos y Proctor Modificado para equipos pesados de compactación
  • Especificaciones granulométricas para mezclas asfálticas
  • CBR de 4 días de inmersión para cualquier condición climática
  • Ensayos con carga monotónica para cualquier tipo o velocidad de carga
  • Rangos y límites de granulometría, plasticidad, desgaste y 95% del Proctor como garantes únicos del adecuado desempeño del suelo compactado

¿Y tú, cuáles pescados horneados puedes identificar en la ingeniería civil?

¡Nos leemos!

Freddy J. Sánchez-Leal
@ramcodesCEO

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8 comentarios:

  1. Me encanto, y yo puedo encontrar varios pescados horneados en la pedagogia y hasta en la vida cotidiana. Basta con que algun curioso... mas bien curiosa, decida investigar... Un abrazo mi muy estimado Freddy.

    Chalis...

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    1. Mi estimada Chalis, me contenta mucho que te haya gustado. Gracias por este sabroso comentario. Lo aprecio mucho. Un gran abrazo.

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    2. Bueno esta bien que esos sean los pescados horneados pero podria explicar en que casos lo son y en cuales no? Saludos Gracias! Por que si mal no recuerdo muchos de ellos son enseñados en la universidad.

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  2. Pues si, no solo en la ingeniería sino en la vida diaria, tenemos que comernos los pescados horneados sin cabeza, y es que parece que nos quitaran la cabeza para no pensar o razonar.

    Luis.

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  3. Julio C. Uzcategui G. / Mérida21 de noviembre de 2012, 10:31

    Tuve la gran oportunidad de escuchar los pescados horneados del Lic. Gustavo en la isla de Margarita en el Congreso de Ingeniería Civil y si en la vida profesional existen muchos pescados como ese y en la vida personal también excelente articulo y muy buena comparación. los pescados horneados son parte de la vida cotidiana de cada uno pero cada quien podrá hornearlos cortando su cabeza o dejándolo entero... estan en mejorar o seguir igual. saludos .julio uzcategui.

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    1. Julio,
      Muy agradecido por su comentario; le agrega mucho valor al artículo. Saludos.

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  4. Uno con el que me topo a diario es el siguiente en el tema hormigones.
    - Deben satisfacer una granulometria.
    - Debe contener una cantidad minima de cemento,
    - Debe tener una resistencia minima a la rotura.

    Son tan exigentes algunos fiscales con las granulometrias, sin considerar que el resultado final que es la resistencia de rotura es lo fundamental. Lo anterior ayuda a obtener un buen hormigon, pero puede ser flexible.

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